*Artículo publicado por Agencia EFE – 20 de diciembre de 2023 

Investigadores panameños buscan restos de los baluartes de una de las cuatro fases constructivas del Fuerte San Lorenzo, un sitio Patrimonio de la Humanidad desde 1980, que integró el sistema defensivo para el comercio trasatlántico de la Corona española, que tuvo en Panamá un punto neurálgico.

Este es uno de los objetivos de un proyecto «multidisciplinario e interinstitucional» que indaga en los orígenes de la fortaleza, ejemplo de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII, y del poblado de Chagres que existió en sus cercanías, explicó a EFE el investigador principal, el doctor Tomás Mendizábal.

«Es un proyecto grande, ambicioso» que involucra una «excavación en el foso (del fuerte), prospección, memoria oral, geofísica», destacó Mendizábal, mientras el experto panameño Alexis Mojica realizaba barridos del suelo con un escáner de conductividad eléctrica en un área de la fortaleza, ubicada en la provincia caribeña de Colón.

Los fuertes de San Lorenzo y Portobelo conforman las Fortificaciones de la Costa Caribe de Panamá, que están en la lista del Patrimonio en Peligro desde 2012. El Ministerio de Cultura ejecuta un programa con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para lograr el estado deseado de conservación.

Panamá trabaja en la nominación como Patrimonio Mundial de la Unesco de la Ruta Colonial Transístmica de Panamá, que incluye el Sitio Arqueológico de Panamá Viejo y el Distrito Histórico de Panamá (Patrimonio Mundial desde 1997), las Fortificaciones de la Costa Caribe de Panamá, y los caminos coloniales que los unen: el Camino de Cruces y el Camino Real.

 

«Como parte del dossier de la nominación» de la Ruta se van a presentar «los resultados de este proyecto» de San Lorenzo, con el que Panamá «demuestra a la Unesco que está gestionando el sitio, que lo está aprovechando para (…) la investigación», para producir «conocimiento nuevo y difundirlo», dijo el arqueólogo.

Y todo esto lo hace con un «equipo 90 % panameño» y con la financiación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), agregó Mendizábal, quien es investigador de planta en el Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales AIP (CIHAC).

El Ministerio de Cultura, el Museo del Canal, la Universidad del Norte de Barranquilla (Colombia), la Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica de Panamá, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y el Patronato de Portobelo y San Lorenzo colaboran con este proyecto, denominado «Los orígenes del castillo de San Lorenzo y del poblado de Chagres en el Caribe panameño».

Un fuerte azotado por enemigos y levantado cuatro veces

En la fortificación, situada sobre un acantilado, se ven ahora refuerzos y andamios como parte de las labores de conservación.

Por su ubicación, San Lorenzo era un bien militar estratégico, ya que siguiendo el aledaño río Chagres y el Camino de Cruces se llegaba a la Ciudad de Panamá y costa del Pacífico.

«Esta es la cuarta versión de los castillos de San Lorenzo que se fueron construyendo a lo largo del tiempo. El primero estuvo en la punta del acantilado pero abajo, en el mar, que se lo llevó por completo en el siglo XVII», explicó Mendizábal,

La segunda fortaleza «estaba hecha de madera y tierra y fue la que destruyó» el filibustero Henry Morgan (1635-1688) «en 1671, cuando ataca San Lorenzo rumbo a Panamá (a la que saqueó). De esa no queda nada», señaló el experto.

«La tercera fortaleza, que es la que vamos a investigar, es la primera estructura de mampostería que se construye en la parte de arriba del acantilado», una obra impulsada por Antonio Fernández de Córdoba, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Tierra Firme y Presidente de la Real Audiencia de Panamá entre 1671 y 1673.

Qué se espera de la investigación en San Lorenzo

Mendizábal, doctor por el Instituto de Arqueología de la Universidad de Londres, estará a cargo de la excavación en el foso, que está programada para iniciar en enero próximo.

«Quiero encontrar los restos de los baluartes» del fuerte, «que según los planos estaban hechos de mampostería. Eso debe estar bien revestido de piedra y ahí debe quedar un resto bien interesante, uno de los pocos de la arquitectura militar del siglo XVII que quedarían en Panamá», expresó.

El arqueólogo también espera «encontrar el relleno del foso» y en él «la basura que seguramente los soldados tiraban ahí» y que se constituye en una especie de cápsula del tiempo.

«Ese foso se cavó en 1672-73, estuvo en uso 80 – 90 años, hasta que se hizo este fuerte (el cuarto) y lo taparon (…) va a ser una radiografía del siglo XVIII principalmente (…) con suerte, vamos a tener una buena imagen de la cultura material que se usaba en San Lorenzo para la época», añadió.

El pueblo de Chagres

La otra parte del proyecto consiste en investigar los orígenes del pueblo de Chagres, que según los datos históricos fue construido primero del lado sur del acantilado y luego arriba, para irse modificando a medida que la fortaleza crecía.

Mendizábal detalló que en 1916 los estadounidenses, que habían construido el Canal de Panamá y lo administraban junto a la llamada Zona del Canal, «deciden sacar» por razones de seguridad estratégica «a los chagreños y los mudan al Nuevo Chagres, que es el pueblo que está como a 8 kilómetros» del fuerte San Lorenzo.

«Ahí viven los descendientes de la gente que vivía aquí hace 400 años. Parte del proyecto incluye ir a entrevistarlos a ellos, hacer un estudio de memoria oral», aseguró.